Page 34 - Revista Amanecer Online
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pero nunca se alcanza.[1]
Y sobre la poesía moderna en general dice el mismo autor: La
modernidad es contradictoria: se afana neuróticamente por escapar
de la realidad, pero es impotente para crear o creer en una
transcendencia de contenido y significado precisos. Esto conduce al
poeta a una dinámica de tensiones sin solución y a un cultivo gratuito
del misterio. Baudelaire habla con frecuencia de lo sobrenatural y
misterioso. Estas palabras parecen significar para él únicamente
“impenetrabilidad absoluta”. La hueca, vana idealidad, lo
indefinidamente extraño, que se torna aún más indefinido en
Rimbaud y se convierte en la “nada” en Mallarmé; ésta es la estéril
“misteriosidad” de la lírica moderna.[2]
Los poetas modernos conocen sólo las fuentes racionales e
irracionales de la composición poética. El poeta y el escritor
modernos son incapaces de ejecutar el actus primus contemplativo,
imprescindible para la elaboración de la obra de arte o poética.
La vertiente racional de la producción poética moderna ha asimilado
el paradigma racionalista de las ciencias exactas modernas. En 1856
escribe Baudelaire en una carta:
El poeta es la inteligencia suprema y la fantasía es la facultad más
científica.
Al respecto dice Friedrich:
La paradoja implícita en esa frase no ha perdido con el tiempo su
carácter paradójico. Es paradójico que una poesía que anhela
evadirse de un mundo trivializado y tecnificado por la ciencia, y que
