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La ciencia frente a la dimensión espiritual
características específicas de la naturaleza humana y que no puede
rechazarse ninguna de las dos ni someter una a otra; lo único que
cabe hacer es integrarlas (Carrazana, 2003).
En sintonía con esta exposición se declara Perrone (2019) desde la
Psicología Sistémica Ultramoderna, planteando que debe sostenerse
una mirada que abandone el dualismo mente-cuerpo para
sumergirse en el reconocimiento de una conciencia de unidad
universal, considerando que se es parte de un sistema superior o
supra contexto y que el ser humano se encuentra impulsado a la
búsqueda de respuestas, encontrando en la espiritualidad una
dimensión que otorga significado y sentido a los diversos escenarios
vivenciales.
El ser humano. Un ser bio-psico-espiritual
El concepto de persona que propone la psicología humanista
sostiene que esta persona que busca la trascendencia lo hace
poniendo en marcha su creatividad, la voluntad, afectos e intelecto, el
cuerpo, sus sentidos y sus movimientos, la mente y su atención,
concentración, memoria, espíritu. Es decir, a toda la persona
(Maslow, 1968) en un proceso creativo donde el espíritu se distingue
del cuerpo y donde los fenómenos captados por el espíritu son
inextensos, en oposición a los del cuerpo que sí tienen extensión y,
por consiguiente, ubicación física en alguna parte. Adherir a este tipo
de enfoque de la persona como ser bio-psico-espiritual permite que
sistemas analíticos, psicológicos y espirituales, antes aparentemente
incompatibles o incluso contradictorios, parezcan hallarse más
cercanos a la posibilidad de una síntesis y una reconciliación
mutuamente enriquecedora. Coincidiendo con esta postura se