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Por otra parte, los últimos aportes al conocimiento del espíritu llegan
desde las ciencias experimentales. En este caso, exploran el mundo

del espíritu y cómo se relaciona con el universo físico. En estas
investigaciones se están emplean múltiples métodos de
acercamiento al conocimiento, desde sofisticados laboratorios hasta
la intuición, el sentimiento, la razón y los sentidos (Bormas, 2014).
Estos estudios, muchos llevados a cabo por científicos que se alinean
en la llamada ciencia noética, se acercan al estudio del espíritu desde

lo experimental y dicen buscar un conocimiento espiritual profundo
realmente comprobable, con base en la transformación personal y
los positivos resultados logrados mediante ella. Basan sus estudios
en las teorías de la incertidumbre y en la física cuántica y, si bien

toman sus conjeturas del misticismo, sus estudios intentan ser lo
más rigurosos y científicos posibles (Bormas, 2014).

Una de las razones de ser de la ciencia noética sostiene que la
ciencia moderna está haciendo redescubrimientos de conocimientos
ya sabidos por las religiones. El Instituto de Ciencias Noéticas (IONS

por sus siglas en inglés) desarrolla investigación en tópicos como la
remisión espontánea, meditación, conciencia, prácticas alternativas
de curación, espiritualidad, potencial humano, entre otras. El término
ciencias noéticas fue acuñado por primera vez en 1973, cuando el
astronauta del Apolo 14 Edgar Mitchell funda el Instituto de Ciencias
Noética con la intención de poner en marcha el campo

interdisciplinario de escuelas dedicadas al estudio del espíritu en un
marco científico (https://noetic.org, 2022)

En particular el instituto financia experimentos para estudiar la
mente, la frontera de la conciencia humana y las manifestaciones de