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Argentina, punto de referencia para otras culturas. Una historia digna de ser contada 13

referencia para otras culturas, había despertado las mayores
expectativas y estas, no fueron defraudadas en absoluto.

El clímax alcanzó su punto culminante cuando Abelardo
Gabancho, ahogado por las lágrimas y la emoción, leyó con
enormes dificultades, el mensaje de despedida que Deulofeu
dirige a los argentinos: “Yo he venido entonces a intentar
despertar la conciencia de los argentinos a esta cara de la
realidad que nos descubre la matemática de la historia. Quiera
Dios sepan ustedes hacer honor a la oportunidad que la
Providencia ha colocado en vuestro camino. Esta oportunidad
está en relación con el proceso de la humanidad toda. Vuelvo a
mi gabinete de investigación. Allí seguiré estudiando la
experiencia argentina y tengan la seguridad de que todo lo que
descubra en mis estudios estará siempre a vuestra disposición,
como modesta contribución personal a esta importante etapa
de la vida nacional. Y volveré porque así me lo pide mi corazón. Y
en él habrá siempre un cálido recuerdo para los argentinos.

Dejaré la ciudad de Buenos Aires, que ha causado en mi espíritu
una extraordinaria impresión, al punto de considerarla la ciudad
más bella del mundo…”

Las palabras conmovieron a los asistentes que se miraban entre
sí anonadados, buscando complicidades, como si de algún
modo se excusaran por dejar salir de sus entrañas, tanta
emoción. Una mezcla de alegría sincera y responsabilidad
consciente. Años más tarde Ethel Genta de Leonard, a la sazón,
secretaria de la Fundación Ideales Argentinos, aún impactada
me contaba lo vivido: “Había lágrimas surcando las mejillas de

todos los presentes; a mi lado, con una emoción que no pudo