Page 36 - Revista Amanecer - Octubre 2021
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llevada al cine con protagonistas como Antonio Banderas, Brad
Pitt y Tom Cruise.) nos dice: “Los escritores escriben sobre lo
que los obsesiona. Perdí a mi madre a los 14 años. Mi hija murió
a los 6, de leucemia. Perdí mi fe católica. Cuando escribo, la
oscuridad está siempre allí. Me dirijo hacia donde está el dolor.”
Y es precisamente, desde ese lenguaje oculto al que me estoy
refiriendo, donde nace, también, el lenguaje poético y el
acontecer del poema.
Sabemos que la poesía no tiene definición porque no se puede
definir. Más bien es una agitación del alma; la urgencia que nos
acude y nos hace expresarnos con una voz que muchas veces
sentimos ajena pero sin embargo aparece, desde el mismo
fondo de nuestra conciencia, donde permanecía oculta,
agazapada, escudriñando el momento propicio para abordar el
ámbito del ánimo y salir a la luz desde el poema.
Nuestra escritora Leonor Calvera, desde su ensayo: “Entre las
palabras y el silencio”, expresa: “El gran poeta huye siempre del
juego sin compromiso, del léxico sin gravedad ni peso.
Contiene, en cambio, la desmesura de adentrarse en lo
prohibido, el exceso en la búsqueda de lo que Blanchard llamó:
la vocal perdida, la palabra bajo las palabras, el no oculto que
forma su sombra”...
Pienso que desde este concepto, tan luminosamente ajustado a
la realidad, tan certero, podemos acercarnos a la revelación del
poema. Entonces, imposible dejar de mencionar al gran poeta
norteamericano, nacido en Boston en 1809 y muerto en
Baltimore, en 1849. Me refiero a Edgard Allan Poe quien, en
1845 escribe una de las obras que lo inmortalizarían: el poema

