Page 50 - Revista Amanecer Online AGO/SEP 2022
P. 50
49
El genio del bigote ardiente
El genio del Salvador Dalí sin antes decir unas palabras sobre él. Por empezar,
bigote ardiente que ése no era su nombre, y que él no él sentía él. Galimatías de
identidad que tal vez podría responderse con esta extraña pregunta:
¿qué pensar de un chico que lleva flores a su propia tumba, puesto
que en la lápida reza “Salvador Felipe Jacinto Dalí, 1901-1903”, y
también así le dicen al “niño de las flores”?
En fin, que en esa tumba reposaban los restos de su hermano mayor,
fallecido a los 3 años de edad, y a nuestro Dalí le tocó la triste suerte
de heredar el mismo, exacto nombre. Vale acotar: el nombre de otro.
Efímero nombre que reiteraba un padre autoritario y ocasionalmente
violento a quien, para colmo de males, hasta sus propios vecinos lo
acusaban de haber provocado la muerte del primer Salvador. Filicidio
Raúl García Luna
Periodista y escritor argentino. Autor de numerosos libros; entre ellos nunca probado que derivó en un segundo martirio para nuestro Dalí:
BAJAMAR, LA NOVELA DEL PUEBLO, Premio Fondo Nacional de las Artes, 1987.
también debía vestirse con las ropas del difunto, y jugar con los
www.raulgarcialuna.wordpress.com
mismos juguetes, y no llorar cuando su madre le decía que él no era
Cultivar su propia imagen, vivir siempre disfrazado, llamar él, sino la reencarnación de su hermano.
la atención a cualquier precio, escandalizar, existir A partir de aquí podríamos llegar a comprender las fobias y manías
que desde pequeño caracterizarían al genio catalán: cultivar su
propia imagen, vivir siempre disfrazado, llamar la atención a
De niño, creyó ser su hermano muerto. Vivió 81 años. Pintó sus
pesadillas. Le robó su mujer a un amigo. Fue surrealista, fascista y cualquier precio, escandalizar, existir. Conducta que a su padre, de
monárquico. Ávido de dólares, vendió creaciones sin igual. La mejor profesión notario y también llamado Salvador, lo volvía loco. Y que su
se llamó Salvador Dalí. En junio de 2017, una presunta hija suya madre, Felipa Domenech, consentía más por misericordia que por
exigió la exhumación y el análisis del ADN de sus restos, para ser ternura. Así, acosado y sobreprotegido, creció aquel “niño de las
reconocida como tal. Esta es su herencia. flores” nacido el 11 de mayo de 1904 en el pueblo de Figueras,
provincia de Gerona, al norte de España. Y de pronto, con los lápices
Cierto cómico de tevé decía, hace años: “Antes de hablar, quisiera de colores de su extinto hermano, el mortificado infante empezó a
decir unas palabras”. Y bien, no se puede hablar de la obra de pintar paisajes... y pesadillas.