Page 46 - Revista Amanecer Online Abril 2022
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la Scuola Magistrale y se enfrentó al dilema de la elección de una
carrera. Su destino, secretamente, él lo imaginaba en el fútbol,
aunque su madre logró convencerlo para que se formara como
maestro de primera enseñanza. Ya graduado, impartió clases en una
escuelita de la campiña durante dos años; sin embargo, finalmente
permitió que su interés en la música ganara. Reconociendo el riesgo
de esa decisión, aunque de mala gana, su padre dio su
consentimiento. “En el fondo él quería que yo también fuera
panadero y me ganara la vida con ese oficio; no me veía como
cantante lírico”.
Así, a la edad de 19 años Luciano empezó sus estudios musicales
con un respetado maestro y tenor profesional, vecino a la panadería
de su padre, que se ofreció para enseñarle sin remuneración. Según
el director Richard Bonynge, Pavarotti nunca aprendió a leer música.
En cambio, su segunda esposa, Nicoletta Mantovani, afirma que leía
partituras con toda facilidad. Una conjetura vana, sin duda.
En 1955 experimentó su primer éxito como cantante cuando era
miembro del Corale Rossini, un coro de voces masculinas de Módena
que también incluía a su padre. Luciano ganó el primer premio en
el Eisteddfod Internacional de Llangollen, en Gales. Más tarde dijo que
esta fue la experiencia más importante de su vida y que lo decidió a
convertirse en cantante profesional. En esta época, Pavarotti conoció
a Adua Veroni, con la que se casó en 1961 y tuvieron cinco hijas.
Durante esos años de formación musical, Pavarotti tuvo trabajos de
medio tiempo para mantenerse, primero como maestro de escuela
primaria y luego como vendedor de seguros; eso sí, sin olvidarse del
fútbol. “Aunque mi ilusión de ser guardameta se había evaporado,