Page 73 - Revista Amanecer - Octubre 2021
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Vida porteña: Imágenes del pasado 71
Mi viejo Buenos Aires querido, ¡qué lejano estás!
Nuestra Capital era igual que hoy, una urbe con casi tres
millones de habitantes. Había pibes, es decir chicos, por todos
lados. Hoy, medio siglo después, nuestra ciudad tiene la misma
cantidad, pero con un 30% de pobladores que son llamados
generosamente “de la tercera edad”.
Pese a las áreas aún despobladas en esa época, Buenos Aires
tenía sus “100 Barrios Porteños”. Desde algunos lugares se
podía observar hasta donde alcanzaba la vista una zona
llamada “la quema”. Sí, porque a la basura se la quemaba lenta
y constantemente al aire libre, en vastos sitios despoblados, sin
lo pruritos medioambientales del presente. Existían entonces
“los cirujas”, gente sin otro trabajo que ser “especialistas” en
recoger en una bolsa, papel usado, cartón, trapos viejos y
vidrios rotos para vender. Ah…y tenían ranchos de cartón y
chapas en las cercanías. Medio parecido a lo de ahora.
El rubro tenía su aristocracia, eran los “botelleros”, en un carro
buscaban lo mismo, pero lo compraban para revender. La
promoción de su servicio era su canto: “botellero, botellas y
fierros para vender, botelleeeeero… señoora.” Presurosas
salían algunas amas de casa a ofrecer los diarios y revistas
releídas, pacientemente guardadas durante semanas, o alguna
cama vieja desarmada. No era cuestión de tirar, toda moneda
ayudaba.
Había unos hombres que circulaban, empujando un recipiente
cilíndrico de chapa, con ruedas, los “Mussolinos”, es decir los
barrenderos. Llamaban así los porteños a los empleados
municipales, de grueso traje gris y gorra que limpiaban las

