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AMANECERONLINE Fin de fiesta 63
No ignoremos que podemos ser emigrantes o inmigrantes “in situ”, o
ser, en razón de la pobreza, exiliados en nuestros propios países.
Pero no olvidemos tampoco que las exclusiones oficiales poseen
virtudes insondables, como las cloacas, convencen a los que no son
afectados por ellas que son incluidos. Legitimidad ficticia a la cual se
aferran los que entregan su vida ‘perra’ en sus deseo promiscuo de
“pertenecer” al ‘Club del Medio Pelo’, espacio donde nace el olvido.
De estas comunidades frágiles, presentadas como modelos por la
enseñanza proporcionada por ella, los educandos conocen los
secretos, no los del poder, sino de sus resultados. Los desórdenes y
carencias de su cotidianeidad, ¿no les permite descubrir
inconscientemente las catástrofes irreversibles que preceden del
el barro del porvenir pintado a mano, por adultos amancebados, que derrumbe?, donde la fe se pierde, sin esperanza y sin amor.
imprimen en la existencia de estos niños el signo de la “bajeza” y la
“inflexión”, en la que se mueven afanosamente las multitudes Como corolario se los arroja al borde del camino, empantanados con
abusadas, entre fuegos cruzados donde la violencia social es norma ellos un número creciente de seres excluidos, de todas las razas y
y regla. regiones.
Un camino que no se sabe a ciencia cierta a dónde conduce… Los
Las listas de los exiliados de la vida, es una lista de “réprobos” para que podrían saberlo, los constructores de esta nueva civilización, que
el “Sistema infecto”, me refiero al sistema que reina y mata en el se ha instalado en el mundo, tampoco los transitan… Ellos, los
planeta, sin dejar de ‘batir’ que todavía se puede ser feliz y con genocidas de la vida-naturaleza-arte, residen y transitan por otros
mucho 'vento' llegar a ser portada de pasquín de caretas y tilingos. paisajes, ese camino no forma parte ya, ni de sus recuerdos, forma
parte del folclore y del olvido.
De todos modos, ese “otro” siempre ha despertado sospechas en las Siempre podemos negar lo que está vivo, bastaría esperar algunos
“castas dominantes”, éste ha sido y es el meollo del credo de
ninguna fe, su sustancia, su coartada infame. Aquí queda revelado el siglos para que la razón nos asista, a quienes, luego de haber salido
librados de mil batallas, emitiremos el grito victorioso, cual melodía
'berretín' de los parásitos dominantes, respecto a los “otros”, bajo
cualquier régimen. esperanzadora, sin dejar de ignorar, que lo peor no ha ocurrido.