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AMANECERONLINE A medio siglo de la publicación de Las tumbas 33
pueda perjudicarla, ya que la ingeniería social y mental pretende todos los traducidos y publicados
imponernos los algoritmos de la inteligencia artificial, y perturbar en México, España, Argentina;
todos nuestros sanos instintos en la búsqueda de la verdad. que no sé en cuál me apoyo en
LAS HERAS: ¿Está trabajando en un nuevo libro? este momento. En uno de ellos
afirma que sus mejores libros los
MEDINA: Mi estimado amigo Antonio Las Heras, usted es del mismo escribió de chico cuando viajaba
palo y sabe la respuesta. Pero acepto el reto que tan gentilmente me en tren. Recuerdo que esa línea
ofrece. Del mismo modo en que lo hace el más grande de todos los la subrayé porque sentí que la
tiempos (de Messi hablamos, claro; digamos a la par del “Charro había escrito yo. Lo mismo me
Moreno”), usted, magnánimo como él, me deja la pelota picando pasaba a mí cuando los fines de
para que haga el gol tan ansiado de regalo. A mi edad ya no tengo las semana desde mi casa retornaba
piernas fuertes y la agilidad de cuando jugaba al fútbol en los en tren al internado. El viaje era
institutos de menores. Institutos que me dieron la posibilidad de largo, atardecía, y mi mente
escribir una novela titulada Las Tumbas, que este año cumple su mezclaba las novelas de cowboy
primer 50 aniversario, y sigue interesando como al principio, de Zane Grey con los campos
ganando día a día nuevos lectores. A pesar de la carencia de juventud escapando de mi vista y un
física, pondré en juego las habilidades que nuestro Dios provee a los brioso caballo galopando veloz a la par de mi vagón para que yo
que hemos abusado del tiempo, intentando lucirme adecuadamente, saltara sobre su lomo y enfrentara a los malos. Casi de inmediato
al menos con decoro. En este instante crucial, siento que mi buen anochecía y me recuerdo reflejado en la ventanilla, que ahora había
amigo Henry Miller me palmea el hombro dándome ánimo. Sí, sí, no dejado de mirar hacia afuera y en cambio miraba hacia el interior, sus
se asombre, con Miller fuimos y seguimos siendo muy amigos. butacas, su gente sentada, durmiendo, leyendo un diario, fumando.
Muchas veces me pareció que estaba hablando de mí en sus Ya entonces entreví que ese cambio de la ventanilla era más
escritos, y en las lecturas de sus libros otras muchas veces supe profundo de lo que se mostraba; me daba cuenta de que yo era
hallar a un desesperado chapaleando en un mar turbulento vulnerable y mi rostro infantil reflejado en el vidrio era una
extendiéndome su mano para salvar su vida. Y este gran amigo, junto introspección sorpresiva que me mostraba frágil y desnudo como el
a tantos otros que guardo muy cuidadosamente en los anaqueles de bebé mencionado más arriba sorpresivamente arrojado a las aguas.
mi amada biblioteca, me impulsan con brío para que yo dé una Sin saberlo yo, ya estaba escribiendo. El escritor escribe siempre, en
respuesta adecuada. Son tantos los libros que leí de Miller, creo que horario corrido, no hay medida ni reloj ni sábado ni domingo, ni