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      pueda perjudicarla, ya que la ingeniería social y mental pretende                                                         todos los traducidos y publicados
      imponernos los algoritmos de la inteligencia artificial, y perturbar                                                      en  México,  España,  Argentina;

      todos nuestros sanos instintos en la búsqueda de la verdad.                                                               que no sé en cuál me apoyo en

      LAS HERAS: ¿Está trabajando en un nuevo libro?                                                                            este momento. En uno de ellos
                                                                                                                                afirma que sus mejores libros los
      MEDINA: Mi estimado amigo Antonio Las Heras, usted es del mismo                                                           escribió de chico cuando viajaba
      palo y sabe la respuesta. Pero acepto el reto que tan gentilmente me                                                      en tren. Recuerdo que esa línea
      ofrece. Del mismo modo en que lo hace el más grande de todos los                                                          la subrayé porque sentí que la
      tiempos (de Messi hablamos, claro; digamos a la par del “Charro                                                           había escrito yo. Lo mismo me
      Moreno”), usted, magnánimo como él, me deja la pelota picando                                                             pasaba a mí cuando los fines de

      para que haga el gol tan ansiado de regalo. A mi edad ya no tengo las                                                     semana desde mi casa retornaba
      piernas  fuertes  y  la  agilidad  de  cuando  jugaba  al  fútbol  en  los                                                en tren al internado. El viaje era
      institutos de menores. Institutos que me dieron la posibilidad de                                                         largo,  atardecía,  y  mi  mente
      escribir una novela titulada Las Tumbas, que este año cumple su                                                           mezclaba las novelas de cowboy

      primer  50  aniversario,  y  sigue  interesando  como  al  principio,                                                     de  Zane  Grey  con  los  campos
      ganando día a día nuevos lectores. A pesar de la carencia de juventud                                                     escapando  de  mi  vista  y  un
      física, pondré en juego las habilidades que nuestro Dios provee a los               brioso caballo galopando veloz a la par de mi vagón para que yo
      que hemos abusado del tiempo, intentando lucirme adecuadamente,                     saltara sobre su lomo y enfrentara a los malos. Casi de inmediato
      al menos con decoro. En este instante crucial, siento que mi buen                   anochecía y me recuerdo reflejado en la ventanilla, que ahora había
      amigo Henry Miller me palmea el hombro dándome ánimo. Sí, sí, no                    dejado de mirar hacia afuera y en cambio miraba hacia el interior, sus

      se asombre, con Miller fuimos y seguimos siendo muy amigos.                         butacas, su gente sentada, durmiendo, leyendo un diario, fumando.
      Muchas  veces  me  pareció  que  estaba  hablando  de  mí  en  sus                  Ya  entonces  entreví  que  ese  cambio  de  la  ventanilla  era  más
      escritos, y en las lecturas de sus libros otras muchas veces supe                   profundo de lo que se mostraba; me daba cuenta de que yo era
      hallar  a  un  desesperado  chapaleando  en  un  mar  turbulento                    vulnerable  y  mi  rostro  infantil  reflejado  en  el  vidrio  era  una

      extendiéndome su mano para salvar su vida. Y este gran amigo, junto                 introspección sorpresiva que me mostraba frágil y desnudo como el
      a tantos otros que guardo muy cuidadosamente en los anaqueles de                    bebé mencionado más arriba sorpresivamente arrojado a las aguas.
      mi amada biblioteca, me impulsan con brío para que yo dé una                        Sin saberlo yo, ya estaba escribiendo. El escritor escribe siempre, en
      respuesta adecuada. Son tantos los libros que leí de Miller, creo que               horario corrido, no hay medida ni reloj ni sábado ni domingo, ni
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