Page 59 - Revista Amanecer Online Abril 2022
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La Ilíada, ¿Mito o realidad?
pensaba, y se piensa). Los judíos le dan tal carácter a la Biblia, los
cristianos también (aunque la han ampliado), los musulmanes al
Corán, Etc.
Por ende, no nos debe resultar extraño que el antiguo mundo griego
le reconociera un carácter sacro al contenido de la Ilíada, pues esta
obra refleja con bastante exactitud el carácter de sus dioses, aun
cuando el tema central sea otro. De ahí que, en principio, todo lo
escrito en el primer libro de Homero para los antiguos helenos fuese
verdad, sin importar el grado de sensatez (o insensatez) involucrado
en el asunto.
Cuando Grecia fue conquistada por los romanos (siglo II a. JC) o quizá
desde antes, estos adoptaron el mismo panteón helénico o bien lo
adaptaron a las divinidades que ya venían adorando, atendiendo a
sus principales similitudes hasta instituir un paralelismo casi perfecto.
Así, Zeus fue Júpiter; Hera, Juno; Hermes, Mercurio; Afrodita, Venus;
Artemisa, Diana; Ares, Marte, Etc. Es decir, salvo en la nomenclatura
y en alguno que otro atributo agregado a este o desagregado a
aquella, el asunto religioso se mantuvo prácticamente sin variantes.
De ahí que muchos historiadores hablen de una religión
grecorromana.
Más tarde, la Ilíada fue perdiendo poco a poco credibilidad cuando la
Biblia, el libro sagrado de los judíos, un pueblo de los confines del
Imperio de Roma, pasó a constituir “la verdad revelada” para los
pueblos mediterráneos, si bien esto ocurrió tras incluirse otros
veintisiete textos [1], textos que la cristiandad conoce como Nuevo
Testamento, para escándalo del judaísmo que entiende que el
Testamento es uno solo, el Antiguo.