Page 71 - Revista Amanecer Online AGO/SEP 2022
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AMANECERONLINE  Hacia la transición                                         69



      preveo cercano, es decir, la transición de la vida a la muerte. Esto es
      claramente un error. Es visible que pensar en la muerte cercana,

      opaca la magia de los grandes proyectos que entusiasman a las
      personas, retrotrayéndolas a esa especie de tedio existencial del que
      quieren escapar. Pero entonces, ¿si no pensamos en lo evidente?, es
      decir, en el fin próximo ¿tendremos la fuerza para tener proyectos
      largos, difíciles, complejos? ¿Es posible esto? Tal vez sería posible, si
      ocupamos  los  espacios  de  nuestra  psiquis  con  las  partes

      elementales  de  nuestro  proyecto,  los  instantes  en  que  sucede
      nuestro proyecto. No importa cuando se presente la transición. No
      importa si nos queda poca o mucha salud. Reconozcamos, por un
      minuto nada más, que es probable que no vea terminado el buen

      proyecto en el que me embarqué, pero qué importa, si ocupo mi
      mente en los infinitos detalles de su construcción y no permito que el
      silencio, el vacío y la desazón de la nada que se aproxima, los
      ocupen. ¿No es fácil? Pues sí, la vida no es fácil. No sólo el buen
 Pero: ¿por qué hacer algo?, cuando hay cierta probabilidad de que no   proyecto ocupa nuestros instantes, sino a veces también lo habrá de
 se vea el final, o expresado de otra manera, cuando aun viéndolo nos   hacer, el dolor, la enfermedad, las injusticias del mundo, la dureza del

 espera una fosa abisal obscura y vacía. He aquí, quizás, la verdadera   alma humana -- la nuestra entre ellas — la infinita estupidez propia
 sombra que nos envuelve y que nos hunde en el pensamiento de lo   y  ajena.  Todos  ellos  transitarán  inevitablemente  los  espacios  de
 absurdo de la existencia humana. Todas estas cuestiones surgen de   tiempo de nuestra vida. Pero no se trata, de cerrarnos, seamos
 la dinámica de la acción ya que las cosas valiosas suelen llevar   realistas  no  debemos  ni  podremos  soslayarlos,  sólo  deberíamos

 tiempo, a veces mucho, y es duro perderlas, porque sea lo que sea,   restringirlos dando al César lo que es del César y a Dios lo que es de
 todo lo habremos de perder.  Dios. Vemos entonces que, una vez que cumplamos con el César, es
      fundamental poder regresar al buen proyecto, a aquellos espacios de
 Según parece uno no debiera elegir esos objetivos complejos que   lucha, trabajo, creación, inspiración, pensamiento; aquellos espacios
 devoran energías, tiempo y, sobre todo, emociones. Pero entonces, si   que hemos elegido para que ocupen nuestro presente hasta el final,

 no elijo esos proyectos, estaría discriminando en función de algo que   cualquiera sea el momento de nuestra vida en que este aparezca.
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