Page 35 - Revista Amanecer Online Abril 2022
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Domingo Faustino Sarmiento, el lector
pues una persona es la suma de lo que lee y más tratándose del gran
educador y pedagogo del siglo XIX de América. Ese ámbito de lo
personal, de lo privado en el mundo de la lectura es sumamente
importante pues tiene que ver con su construcción como lector y con
la indagación y el buceo en autores, libros, temas y aspectos que le
han interesado a lo largo de su vida.
Si bien no se trata de un texto literario, una de las primeras lecturas
de Sarmiento fue la GRAMATICA CASTELLANA de ANTONIO
NEBRIJA. Este libro escrito por ese gran humanista español fue
publicado en 1492 y era en la época de nuestro presidente de lectura
obligatoria en la escuela. Recuerda que a sus quince años de edad,
recorría con su libro los bosques de San Luis y que su imaginación no
paraba de volar. Contrariando a Bourdieu (1993) para quien las
lecturas obligatorias de la escuela muchas veces destruyen la
necesidad de una lectura en la que el libro es depositario de mágicos
secretos de la vida en general; en el caso de Sarmiento sirvió pues
ese mundo rígido formando por construcciones gramaticales que
estaban en el libro que él leía de forma obligatoria lo hicieron pensar
en la existencia de un libro que tuviera en su interior todo lo que se
imaginaba. Con su imaginación pensaba que tendría que existir
algún libro que tuviera distintas conocimientos pero que no
necesitara de la mediación del maestro sino que solo el niño con el
libro pudiera disfrutarlo y aprehenderlo. Lo interesante es que,
muchos años después, no criticará a los libros pero sí a los métodos
de lectura que lejos de acercar a los niños a ese mundo mágico que
a él se le abrió por su imaginación lo alejan:
“Quién es aquél que ha aprendido a leer por los métodos conocidos